a) Todos los países y las organizaciones internacionales deben buscar crear
condiciones conducentes a acrecentar la disponibilidad y la movilización
efectiva de recursos para financiar el desarrollo, según se establece en el
Consenso de Monterrey.
b) Los países desarrollados deben llevar a cabo esfuerzos concretos para
cumplir sus compromisos internacionales de financiamiento del desarrollo,
incluido el Consenso de Monterrey, en el cual se insta a los países
desarrollados que aún no lo han hecho, a iniciar actividades concretas para
destinar el 0,7 por ciento de su Producto Nacional Bruto (PNB) a la AOD para los
países en desarrollo y el 0,150,20 por ciento de su PNB a los países menos
adelantados.
c) En el caso de los países en desarrollo cuya carga de la deuda es
insostenible, acogemos con agrado las iniciativas emprendidas para reducir la
deuda pendiente, e invitamos a que se adopten más medidas nacionales e
internacionales a este respecto, incluidas, cuando proceda, la cancelación de
las deudas y otras medidas. Se debe conceder particular atención a ampliar la
Iniciativa en favor de los Países Pobres muy Endeudados. Iniciativas de este
tipo liberarían más recursos para financiar los proyectos de TIC para el
desarrollo.
d) Habida cuenta del potencial de las TIC para el desarrollo,
abogamos
además por que:
i. los países en desarrollo redoblen sus esfuerzos para atraer un gran
volumen de inversión privada nacional y extranjera en las TIC, mediante la
creación de un entorno transparente, estable y predecible propicio para la
inversión;
ii. los países desarrollados y las organizaciones financieras internacionales
respondan a las estrategias y prioridades de las TIC en favor del desarrollo,
introduzcan las TIC en sus programas de trabajo y ayuden a los países en
desarrollo y a los países con economías en transición a preparar y aplicar sus ciberestrategias nacionales. Basándose en las prioridades de los planes de
desarrollo nacionales y la aplicación de los citados compromisos, los países
desarrollados deben redoblar sus esfuerzos para proporcionar más recursos
financieros a los países en desarrollo, con el fin de que éstos puedan utilizar
las TIC para su desarrollo.
iii. el sector privado contribuya a la aplicación de la Agenda de Solidaridad
Digital.
e) En nuestras actividades encaminadas a colmar la brecha digital,
debemos
promover, en el marco de nuestra cooperación para el desarrollo, la asistencia
técnica y financiera destinada a la creación de capacidad a escala nacional y
regional, la transferencia de tecnología conforme a acuerdos mutuos, la
cooperación en programas de investigación y desarrollo, y el intercambio de
conocimientos y experiencia.
f) Si bien deben aprovecharse plenamente los mecanismos de financiación
existentes, debe finalizarse antes de diciembre de 2004 un examen pormenorizado
a fin de determinar si son suficientes para hacer frente a las dificultades de
las TIC para el desarrollo. Este examen estará a cargo de un grupo especial,
bajo los auspicios del Secretario General de las Naciones Unidas, y se someterá
a la consideración de esta Cumbre, en su segunda fase. Sobre la base de las
conclusiones del examen, se considerarán mejoras e innovaciones a los mecanismos
de financiación, incluyendo la eficacia, la viabilidad y la creación de un Fondo
de Solidaridad Digital, alimentado con contribuciones voluntarias, como se
menciona en la Declaración de Principios.
g) Los países deben contemplar la posibilidad de establecer mecanismos
nacionales para lograr el acceso universal en las zonas rurales y urbanas
desatendidas, con el fin de colmar la brecha digital.