"La banda ancha es quizá la mayor oportunidad de progresar que se ha ofrecido jamás a la humanidad", dice el Dr. Hamadoun Touré, Secretario General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Es mucho decir, pero la banda ancha tiene un gran futuro en todo el mundo.

Los expertos consideran cada vez más que las redes de banda ancha son una infraestructura fundamental y son tan vitales para la economía moderna y el desarrollo social como las carreteras y el ferrocarril. En esta época de crisis financiera mundial, muchos gobiernos consideran de nuevo apropiado exigir u organizar directamente capacidad de banda ancha nacional para estimular la economía.

Desde esta perspectiva, la banda ancha no es una simple versión de alta velocidad de Internet que ofrece los mismos servicios más rápidamente. Es más bien un cambio notable del paradigma, ya que puede reorganizar el potencial económico y social mundial si se instalan suficientes redes. Países tan diferentes como Singapur, Australia y la República de Corea han desarrollado o proyectan desarrollar redes avanzadas de este tipo para aumentar su competitividad económica. En otros países, tales como Finlandia, la banda ancha es un servicio universal obligatorio por ley.

La banda ancha permitirá ofrecer aplicaciones y servicios de todo tipo de manera más extensa, barata y fiable, y tendrá consecuencias económicas positivas. Según un análisis¹ un aumento de 10% de la penetración de la banda ancha puede aumentar el crecimiento del PNB en 1,2% en los países desarrollados y casi 1,4% los países en desarrollo. Esto significa que la instalación de la banda ancha no sólo ayudará directamente a las economías a crecer, también ayudará a las poblaciones más marginalizadas del mundo y salvará vidas. "La banda ancha será esencial para afrontar el problema humanitario más acuciante de la agenda internacional, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDG) de las Naciones Unidas", dice el Dr. Touré. Los DMG se establecieron para aliviar la pobreza, mejorar la atención sanitaria, la enseñanza y la emancipación en todo el mundo, pero es probable que en muchos casos estos objetivos no se alcancen antes de 2015 si no entra en juego la banda ancha.

La instalación generalizada de la banda ancha es una tarea compleja y multifacética, a la que la UIT se dedica desde hace mucho tiempo. En su calidad de organización intergubernamental y multipartita única, la UIT tiene las capacidades políticas y técnicas necesarias para abordar las cuestiones políticas, tecnológicas y económicas que entraña la banda ancha:

• Habida cuenta de que la banda ancha debe encabezar las agendas públicas en los países desarrollados y en desarrollo, la UIT se ha unido a la Unesco para establecer la Comisión de la Banda Ancha para el Desarrollo Digital, que recurre a los conocimientos de los principales legisladores, gurús técnicos y emprendedores del mundo.
  
  
• En materia de normalización y de radiocomunicaciones, la UIT ha participado activamente en la elaboración de las normas esenciales para las tecnologías alámbricas e inalámbricas de la próxima generación que determinarán el futuro mundo de la banda ancha, y ha entablado un diálogo activo con los primeros que la han adoptado, tales como grupos que participan en la definición de soluciones para el automóvil inteligente y las redes de alimentación eléctrica inteligentes.
  
  
• En materia de desarrollo, la UIT ha proporcionado activamente capacitación para legisladores, analizado cuestiones económicas, determinado prácticas idóneas para la expansión de mercados, y elaborado estrategias para atender a las necesidades de conectividad fundamentales de los países menos adelantados.
  
  
• La UIT ha aunado todos sus conocimientos y obra en todos los sectores para asegurarse de que el mundo de la banda ancha sea seguro e inocuo para el medio ambiente.

Cuando la UIT habla de "banda ancha", insiste de hecho en la alta velocidad de la conexión, pero sobre todo en lo que pueden ofrecer las redes de alta velocidad. La banda ancha significa que los usuarios disponen de conexiones de alta velocidad para poder utilizar todo tipo de aplicaciones y servicios, tales como videoconferencia de alta calidad, telecarga de multimedios y telefonía, a menudo al mismo tiempo.

A nivel técnico, la banda ancha utilizará redes alámbricas de fibra óptica y líneas de cobre mejoradas, y también redes inalámbricas avanzadas "3G" e IMT-Avanzadas "4G". Es probable que las instalaciones sean complementarias, con redes inalámbricas de banda ancha que cubren zonas rurales y prestan servicio a usuarios nómadas, y redes de banda ancha fijas que ofrecen muy altas velocidades y grandes volúmenes de datos. Por otra parte, el acceso en banda ancha por redes fijas o alámbricas exigirá una infraestructura de fibra de alta capacidad para atender a la demanda de retroceso inalámbrico de banda ancha.

Aplicaciones tales como la ciberenseñanza, la cibersalud o las redes de alimentación eléctrica inteligentes generan cada vez más información y, por consiguiente, el intercambio de grandes volúmenes de datos por la red. Además, la explosión de los contactos sociales, particularmente por vídeo, entraña un aumento de la demanda de anchura de banda por los usuarios. La banda ancha dispone de la gran capacidad necesaria y puede combinar aplicaciones y datos en una sola red, reduciendo así espectacularmente los costes.

Además, el despliegue, la explotación y la modernización de redes de banda ancha suelen ser más baratos en igualdad de condiciones que las tecnologías de generaciones anteriores, y tienen unas excelentes credenciales ecológicas en comparación con esas tecnologías.

Según varios análisis fidedignos, la instalación de la banda ancha a escala nacional puede tener un impacto considerable en la enseñanza, la sanidad y los servicios de alimentación en energía y transporte. Se calcula que un ahorro de apenas 0,5 a 1,5% en un decenio en esos sectores fundamentales bastaría para financiar una red de fibra de banda ancha prácticamente ubicua. 

• Enseñanza – Los enseñantes consideran que una ciberenseñanza multifuncional de alta calidad por banda ancha es una estrategia esencial para acelerar la capacitación y aliviar la presión impuesta a las escuelas tradicionales y las residencias universitarias de todo el mundo. 
  
  
• Salud – Con la banda ancha, médicos y enfermeras, clínicas comunitarias y sistemas de atención sanitaria completos pueden disponer de los conocimientos necesarios para combatir enfermedades evitables. En los países desarrollados en los cuales las tendencias demográficas entrañarán un envejecimiento considerable de la población, la banda ancha facilitará la supervisión y comunicación a distancia con las personas mayores, aumentará su independencia y aliviará la presión en los centros de atención sanitaria.  
  
  
• Transporte, energía y medio ambiente – La banda ancha será un componente esencial de las tecnologías de red de alimentación eléctrica inteligentes del futuro. Estas redes inteligentes optimizarán la generación de energía y su consumo, y permitirán pues realizar grandes ahorros de energía. La banda ancha ya está incorporada en estrategias nacionales de red inteligente en países tales como Australia, la República de Corea y Estados Unidos. El transporte es más eficaz y ecológico con los sistemas de transporte inteligentes. Es beneficioso para el medio ambiente porque los desechos y emisiones disminuyen al pasar de bienes físicos a bienes y servicios informáticos, gracias a redes y equipos TIC más eficaces y a la sustitución de los viajes por aplicaciones como la videoconferencia y las herramientas de colaboración virtuales. 
  
  
• Cibergobierno – La banda ancha también puede cambiar muchos parámetros de las relaciones entre los ciudadanos y sus gobiernos. De los pasaportes a los documentos de identidad, y de las prestaciones sociales y las votaciones a la responsabilidad, el cibergobierno puede aportar beneficios sociales sin precedente y generar ahorros considerables, amén de aumentar la eficacia y transparencia de los gobiernos.