Cuando se mencionan las comunicaciones móviles, la mayoría de la gente piensa inmediatamente en la telefonía celular. Ello no es sorprendente, pues el enorme entusiasmo que generó el teléfono móvil entre los consumidores durante los años 90 ha hecho que en muchos países sea ya tan habitual como el teléfono fijo y que su presencia se haya impuesto aun en muchos más lugares que este último.

La telefonía celular continúa ganando millones de adeptos cada año en países de todo el mundo, pero hay muchos otros tipos de comunicaciones móviles, cada uno de ellos optimizado para desempeñar un papel específico, que están experimentando un rápido crecimiento a medida que el mundo abandona el cable tradicional para convertirse en un planeta inalámbrico. Algunas de estas tecnologías satisfacen las necesidades de importantes segmentos del mercado, mientras que otras sólo están empezando a concretar su potencial en alternativas móviles de importancia.

Una de las formas más tempranas de comunicaciones móviles, y todavía una de las más simples, es la radiobúsqueda. Esta tecnología nació en los años 50 con los sistemas de "aviso a los médicos" que se utilizaban en hospitales, y se desarrolló rápidamente hasta superar a los sistemas de bucle inductivo en interiores, permitiendo zonas de cobertura más amplias. Los primeros sistemas eran simples receptores "de tono" conectados a sus propios números de teléfono que avisaban al usuario por medio de una serie de tonos diferenciados correspondientes a mensajes particulares (por ejemplo, un tono podía significar "llamar a la oficina", y una serie de tonos rápidos podía querer decir que el usuario tenía que volver a la base).

La popularidad de la radiobúsqueda, unida a la fuerte competencia en la mayoría de los grandes mercados, impulsó la aparición de buscapersonas numéricos a mediados de los años 80. La ventaja de estos sistemas es que podían transmitir una secuencia de cifras, lo cual resultaba útil para comunicar números de teléfonos importantes y también permitía ampliar y perfeccionar los códigos de mensaje. En los años 90 aparecieron los populares sistemas alfanuméricos actuales, que pueden manejar cadenas mixtas de cifras y caracteres y transmitir mensajes más largos, de hasta 40 caracteres, de una sola vez.

Si bien la tecnología móvil celular, y especialmente el servicio de mensajería corta (SMS) han robado últimamente un poco de protagonismo a los servicios de radiobúsqueda, éstos continúan expandiéndose a buen ritmo en los mercados de todo el mundo. Los motivos no son difíciles de imaginar. Los buscapersonas ligeros y ultracompactos permiten comunicaciones instantáneas y discretas a costes muy reducidos. Su utilidad los ha convertido en uno de los instrumentos favoritos del mundo de los negocios en mercados como el de Estados Unidos, donde uno de cada tres empleados utiliza cotidianamente un buscapersonas, y su bajo coste les ha abierto la puerta de mercados en desarrollo como los asiáticos. El índice de densidad de los buscapersonas en Hong Kong SAR y Taiwan-China ya está muy por encima del 30%, mientras que en la República de Corea, una de las economías asiáticas de más rápido crecimiento, supera ya el 70%. El precio también ha sido un factor importante para la expansión de los buscapersonas en segmentos específicos del mercado, particularmente entre la población joven. En el Reino Unido, por ejemplo, alrededor del 40% de los jóvenes entre 15 y 25 años posee en la actualidad un buscapersonas.

En el futuro esta tecnología permitirá el desarrollo de redes de radiobúsqueda bidireccionales que utilizarán el espectro radioeléctrico de forma más eficaz y proporcionarán mejores prestaciones extendiendo el servicio a aplicaciones como el correo electrónico móvil e incluso la radiobúsqueda vocal. Al mismo tiempo, un nuevo servicio, conocido como "la radiobúsqueda garantizada", dará más fiabilidad a los buscapersonas garantizando el almacenamiento de los mensajes en servidores de red centrales y el reenvío periódico a los receptores hasta que la red reciba una señal indicando que el mensaje ha sido entregado efectivamente. Los buscapersonas constituirán también un importante medio de acceso móvil a Internet gracias a una serie de servicios sencillos de texto que se prestarán directamente a los usuarios a muy bajo coste.

La aparición de nuevos tipos de sistemas por satélite de almacenamiento y envío, conocidos como las comunicaciones personales móviles mundiales por satélites (GMPCS), también está ampliando las posibilidades de la radiobúsqueda por satélite a bajo coste en zonas amplias. En estos momentos se están desarrollando nuevas constelaciones de satélites de órbita terrestre baja (LEO) para servicios móviles, en concreto los sistemas conocidos popularmente como los "pequeños LEO", y existen planes de comercialización para los próximos tres años. Estos servicios de comunicaciones por satélite optimizados para una serie de funciones de mensajería a larga distancia pueden entregar mensajes de forma relativamente barata a comunidades aisladas a las cuales normalmente no llegan los servicios de las redes de comunicaciones, lo cual podría representar en poco tiempo un importante paso hacia delante en la prestación de servicios básicos de comunicaciones a las poblaciones de los países en desarrollo.

Si la simple radiobúsqueda no satisface sus necesidades de comunicación, hay todavía otra alternativa vocal viable a los sistemas celulares. La DECT, norma europea de telecomunicaciones digitales mejoradas sin cordón, puede proporcionar comunicaciones de voz, datos, fax e incluso multimedios a través de un sistema radioeléctrico que se utiliza ahora en más de 100 países de todo el mundo. Si bien los sistemas de DECT no pueden ofrecer la cobertura móvil de otras tecnologías inalámbricas como la celular o como la radiobúsqueda, representan no obstante una solución flexible y relativamente barata para las comunicaciones en interiores y en exteriores a nivel local. La tecnología DECT, que es desde hace largo tiempo la favorita para los teléfonos sin hilo, es compatible con las normas GSM y RDSI y ahora está recibiendo otro impulso gracias al desarrollo de los teléfonos móviles en modo dual que utilizan servicios más baratos que ofrece DECT cuando se encuentran dentro del radio de la estación de base y conmutan automáticamente a la red celular cuando la potencia de la señal no alcanza un nivel aceptable.

La tecnología DECT tiene una serie de ventajas difíciles de superar. En un entorno empresarial, por ejemplo, a la utilidad de la telefonía sin hilo se le une el enorme ahorro potencial que supone, ya que las llamadas entre microteléfonos DECT conectados son gratuitas. Un sistema PBX DECT multicélula puede proporcionar servicios de voz y de transmisión de datos a alta velocidad a varios miles de usuarios en uno o más lugares conectados, lo cual supone una gran ventaja para cualquier empresa que desee elevar al máximo los niveles de eficacia manteniendo costes reducidos. La tecnología DECT puede ser también una buena base para las nuevas redes de bucle local inalámbrico.

La tecnología de concentración de enlaces es una solución muy fiable que utilizan sobre todo las empresas y organizaciones con grandes flotas de vehículos que gestionar, como las de servicios de distribución y de mensajeros, las compañías de taxis, las ambulancias, la policía, los bomberos, las organizaciones de socorro y los transportes públicos. El sistema está constituido por una estación central de base y una serie de receptores móviles en torno a la misma, utilizados por los usuarios, que comparten un conjunto de canales radioeléctricos gestionados según las necesidades de cada uno. Normalmente, la estación de base, que suele encontrarse en la sede de la empresa o en la oficina central, transmite por un canal llamado canal de base, mientras que las unidades móviles transmiten por otro canal conectado, llamado canal móvil. Gracias a un sistema de repetidores, las comunicaciones desde la estación de base pueden escucharse normalmente en todas las unidades móviles, lo cual mejora la comunicación de móvil a móvil y, en última instancia, redunda en la eficacia empresarial. El inconveniente es que, cuando todos los canales se están utilizando, las unidades móviles tienen que esperar a que un canal se libere para ponerse en contacto con la base.

Los sistemas digitales de concentración de enlaces permiten comunicaciones simultáneas de voz y datos a velocidades de hasta 28,8 kbit/s. Las normas más conocidas de estos sistemas son TETRA, Tetrapol, APCO 25, EDACS e iDEN. En los próximos dos años se espera que estas normas sirvan a un mercado de servicios de este tipo que representa 5 000 millones de USD en todo el mundo.

Los sistemas de comunicaciones personales por satélite, que son quizás los más atractivos dentro de la nueva hornada de servicios móviles, fueron lanzados por primera vez en 1998 por Inmarsat, una organización intergubernamental con sede en el Reino Unido establecida en virtud de tratado. El lanzamiento de la constelación Iridium en octubre de 1998 suscitó un gran interés en el potencial de tales servicios para transmitir voz y datos sin interrupciones al número creciente de ejecutivos empresariales que tenía que desplazarse con mucha frecuencia, y también para prestar servicios de Internet y multimedios por satélite a ordenadores personales u otros dispositivos fijos. Si bien la tercera generación de sistemas celulares privará pronto a los sistemas móviles por satélite de una de sus mayores exclusivas comerciales, la interconexión sin interrupciones a través de los continentes, todavía están en fase de desarrollo más de 30 sistemas, la mayoría de los cuales se lanzarán en los próximos cuatro años.

A excepción del sistema Inmarsat, que presta servicios de comunicaciones personales móviles a través de los mismos satélites geoestacionarios que permiten la radiodifusión sonora y de televisión, la mayoría de los nuevos sistemas están basados en satélites compactos que funcionan en órbita terrestre baja (LEO), órbita terrestre media (MEO) o lo que se denomina órbita muy elíptica (HEO). A diferencia de los satélites geoestacionarios habituales, que permanecen en una posición fija con respecto a la superficie de la Tierra, estos sistemas de satélite más pequeños están en constante movimiento formando una constelación móvil que proporciona comunicaciones de voces y datos de calidad celular a los usuarios prácticamente en cualquier parte de la superficie terrestre.

Si bien los sistemas móviles por satélite tienen potencial para ofrecer comunicaciones en rincones del planeta todavía no servidos por las redes celulares y de líneas fijas, sus elevados costes de equipo y de acceso los han convertido más bien en una propuesta atractiva para el mercado empresarial de alto nivel. Hasta que sus tasas de acceso disminuyan, a medida que vayan ganando más adeptos, los servicios móviles por satélite seguirán siendo tan inalcanzables como los satélites que los proporcionan para los millones de habitantes del mundo en desarrollo que todavía esperan hacer la primera llamada telefónica.

El coste es el factor principal que impide a la tecnología móvil celular convertirse en una alternativa viable para los usuarios potenciales de los países en desarrollo.

Lo que puede hacerse es eliminar algunas de las funcionalidades de los sistemas móviles celulares para reducir su precio. Ello ha dado lugar a una serie de tecnologías que se denominaron en un principio "celulares fijas", pero que ahora se conocen como tecnologías de "bucle local inalámbrico" (WLL).

El WLL representa una alternativa al cable de cobre tradicional utilizado para conectar usuarios a la central telefónica local. Con la disminución de los costes a lo largo del tiempo, esta tecnología está empezando a competir en términos de precio con la de cable de cobre. Si se consigue un número determinado de usuarios, el coste de los sistemas de WWL disminuirá aún más rápidamente. El bajo nivel de costes de instalación y funcionamiento del WWL podría hacer mucho más barata la construcción de redes telefónicas, lo que se traduciría en tarifas más bajas que estarían más al alcance de los abonados potenciales.

Aunque no se trata de una tecnología estrictamente móvil, ofrece a los usuarios con microteléfonos móviles un cierto grado de movilidad en torno a la estación de base, dentro de un radio de hasta 50 km, lo cual la convierte en una tecnología local móvil potencialmente útil para pequeñas comunidades.

El bucle local inalámbrico, que se utiliza fundamentalmente para telefonía básica, se sirve de forma eficaz de señales radioeléctricas que sustituyen al cable de cobre para conectar a los abonados con la RTPC.

La facilidad de instalación -una red típica puede construirse de principio a fin en tan sólo 12 días- unida a las bajas tasas de acceso, a la fiabilidad, a los reducidos gastos de mantenimiento y a la capacidad de cubrir zonas con dificultades geográficas hacen del bucle local inalámbrico una tecnología particularmente adaptada a las necesidades de los países en desarrollo, muchos de los cuales se esfuerzan por mantener redes de cobre caras y anticuadas que sólo dan servicio a una pequeña parte de la población. Los nuevos operadores de red tienden a elegir el WLL en los países en desarrollo uando están obligados a instalar un número específico de líneas en un periodo relativamente corto según los términos establecidos en su licencia.

Sin embargo, hay tres cuestiones fundamentales: las economías de escala, las normas y el espectro.

No existe ninguna norma mundial, y la mayoría de los sistemas de WLL están basados en distintas tecnologías como DECT, CDMA y PHS. Además, suelen sufrir problemas de atenuación en condiciones de fuerte lluvia o de vegetación densa, condiciones que son frecuentes en los países en desarrollo. Además, la lucha contra los sistemas móviles por obtener anchura de banda puede ser un inconveniente. La ausencia de una atribución de frecuencias a nivel internacional ha hecho también que los fabricantes no puedan obtener economías de escala, dado que deben fabricarse diferentes equipos que se adapten a las diferentes frecuencias utilizadas en cada país. Por último, los operadores tienen que solicitar licencias bajo cuyos términos el servicio en las zonas rurales puede no resultar rentable.

Sin embargo, según las predicciones de la UIT, el número de líneas de WLL ascenderá a 340 millones en 2002, y la mayoría de ellas se instalará en países en desarrollo. Esto es una buena noticia para los usuarios potenciales de países como Honduras, Lesotho o Sudán, en los que el periodo de espera para conseguir servicio telefónico básico sigue siendo de más de 10 años.

Además del sistema GPS estadounidense y del sistema ruso GLONASS, se espera que un tercero, el sistema europeo Galileo entre en funcionamiento en 2008.